jueves, 26 de marzo de 2009

La Teta Asustada


A pesar de que en Berlín tenía boletos para ir a ver "La teta asustada", algo pasó, y entre una cosa y otra no pude ir.

El lunes hice la única cosa inteligente que me quedaba por hacer después de haber tenido un día terrible. Crucé la calle y me metí al cine a ver "La Teta Asustada"

Para ser un lunes, me quedé totalmente sorprendida. La sala estaba abarrotada. Me dio gusto.
Las luces se apagaron y la película empezó.

Desde el primer instante, sus imágenes me cautivaron. Es una película poética, intimista, donde la belleza de la protagonista te deja hipnotizado. La manera tan sutil que tiene la directora de hablarte de temas tan importantes como el racismo y el clacismo en el Perú, me fascinó.

La historia camina de manera pausada, sin prisas, como si acompañáramos a Fausta, la protagonista, en este proceso doloroso al que se enfrenta después de la muerte de su madre.

Me emocioné de manera física. La directora te hace sentir la vulnerabilidad a la que estás expuesta por el simple hecho de ser mujer. Comienzas a tener miedo, como Fausta. Las lágrimas escurren por tus mejillas, para acompañar a Fausta. Es casi como si estuvieras viendo a través de la mirilla de una puerta, te sientes curioso de entrar en esa intimidad, dónde la protagonista se mueve como si estuviera muerta en vida, porque "no tiene alma"

Hablar de la voz de Magaly Solier, y la manera en que canta en quechua, merece un artículo aparte. La dinámica social en los barrios de los conos de Lima, me hizo recordar México. La manera en que la cultura andina intenta mantener sus tradiciones en un ambiente que les resulta hostil, me hizo recordar a los asentamientos rarámuris en la ciudad de Chihuahua.

La película es local, pero a la vez es global.

Cuando las luces se encendieron, estaba sumamente emocionada, podrá parecer exagerado, pero estaba físicamente temblando. Al parecer, era la única persona que se sentía de esta manera. Toda la sala se puso inmediatamente de pie en cuanto aparecieron los créditos. Los comentarios que alcanzaba a escuchar no eran para nada positivos. Decían que era aburrida, terrible, lenta, mala, fea. Yo quería entender la razón de sus comentarios ¿habíamos estado viendo películas diferentes? Pienso que si. En determinado momentos del film, cuando la directora muestra escenas del clacismo limeño, las personas a mi lado se reían. Para mí no había nada gracioso en aquella actitud racista, pero al parecer, este film no es apto para personas de este barrio. Y ahora que lo pienso, es realmente otra película analizar a estas personas rubísimas de Miraflores y San Isidro, observando un film protagonizado por una "cholita", como ellos las llaman despectivamente. Ellos están acostumbradas a tenerlas de empleadas, de nanas. No entienden qué es lo que le ha pasado al mundo si ahora una chica de Ayacucho puede estar en la pantalla grande.

En fin. Es una película que hay que ver. No porque haya ganado la Berlinale, ni porque todo el mundo esté hablando de ella. Para mí, es un film que vale mucho, muchísimo, la pena.

Por cierto, la fotografía del blog fue tomada en Berlín y es de mi amigo Henry Gates, participante peruano del Talent Campus.


3 comentarios:

Oihane dijo...

Por fin volviste a escribir!!! Esooooooooo. Lo echaba de menos... Con lo que cuentas de La Teta... entran ganas de verla! besooos

Unknown dijo...

Quiero verla, más ahora, y en el cine. ¡Gracias guapa!.

jorkas dijo...

Invitame al cine no? y la vemos juntos!!!!!!!!
Si te gustó tanto seguro te gustará verla de nuevo conmigo!!!!
Por favor no pares de escribir.

Just love it!!!!!

joru