sábado, 25 de febrero de 2012

Ni con honores ni de panzazo


El viernes fui al cine a ver "De panzazo" el documental de Juan Carlos Rulfo y Juan Carlos Loret de Mola.
No quisiera dedicarme a hablar de sus aciertos o desaciertos a nivel cinematográfico (mucho Loret nada de Rulfo en pantalla) sino sobre la reflexión que plantea el documental y con la cual no podría estar más en desacuerdo. La idea es que si en México, estudias, te va mejor; que entre más alto sea tu nivel académico, vas a poder aspirar a mejores puestos y en consecuencia, ganar mucho más dinero.

Para mi, esa reflexión, en el México actual es una falacia.
No es verdad que en el país, los mejores puestos los tienen las personas que tienen más estudios. No es cierto que si tienes licenciatura, maestría y posgrado, tengas asegurado un puesto de trabajo, y hablo por experiencia propia.

Después de casi diez años de estudiar y trabajar en el extranjero, volví a México hace casi un año y no he podido encontrar trabajo. Tengo Master, Diplomaturas; he tomado talleres, cursos, workshops; he sido becada, seleccionada en concursos, han publicado textos de mi autoría y sin embargo, a pesar de la innumerable cantidad de currículums que he enviado, nada.

¿Qué es lo que está fallando? no lo se y si alguien lo sabe, por favor, que me lo diga.

Lo que se es que lo que plantea el señor Loret de Mola no podría estar más lejos de la realidad.

Todos los jóvenes deberían poder llegar a la Universidad, pero no por el simple hecho de ganar más dinero, sino porque un pueblo educado es un pueblo menos corrupto, un pueblo educado elegirá dirigentes honestos y competentes, un pueblo educado está más consciente de la realidad, esa es la razón, desde mi punto de vista, por la que hay que mejorar el nivel educativo del país; pero si esto no va acompañado de nuevas estrategias en todos los ámbitos, lo que tendremos será un país lleno de universitarios, sin trabajo.

Loret de Mola plantea que los mexicanos con posgrado ganan alrededor de 52 mil pesos mensuales, no dudo que algunos lo hagan, pero esa no es la realidad general, y mucho menos debe ser el único incentivo para que los jóvenes permanezcan en las aulas; porque en primer lugar, les está prometiendo algo que no es verdad; por lo menos no en el México actual.

Noto amargura en mis palabras, y no me gusta que ese sea mi estado de ánimo de un lunes por la mañana, así que cierro esta entrada y empiezo la semana, quizás esta si encuentre trabajo.