lunes, 1 de diciembre de 2008

Made in Mexico


"Perú no es lo mismo que México"
Con esta frase, una persona dio por terminada una especie de discusión en la que yo intentaba encontrar puntos en común entre ambos paises. Después de esto, simplemente agregó : "Y te lo digo yo, que soy limeño", como si esa fuera una razón de peso suficiente. En ese momento me reí de él, pero, si soy sincera, toda esa verborrea nacionalista suscitó en mí una reflexión.
El país en el que nacemos, nos toca por azahar, nosotros no elegimos dónde hacerlo. Sin embargo, siempre nos veremos condicionados por este hecho. Por lo que pensé: a fin de cuentas ¿que significa ser mexicana?
En Madrid tuve oportunidad de conocer compatriotas para los cuales ser mexicano significaba rechazar culquier cosa que no fuera de nuestro país. Si le servían un bocadillo de calamares, comentaban que no sabía igual sin una buena salsita. Al momento de salir por la noche, preferían ir a un bar donde solamente había mexicanos, y donde obviamente escuchaban música pop mexicana. En Londres pasaba igual, incluso vivían en una especie de guetos, donde terminaban relacionándose sólo con mexicanos. Lo que me hacía pensar: ¿ por qué no se quedaron en México? De cualquier manera no se daban la oportunidad de conocer una cultura diferente, y nada, nunca superaría a México, así que ¿para qué cruzar todo un océano, si lo único que quieres es seguir viviéndo de la misma manera que lo hacias allá?
Nací en México. Hay muchas cosas que me gustan de mi país como sus playas, sus montañas, la comida, su diversidad cultural. Pero también hay muchas cosas que no me gustan como la corrupción, la discriminación, la doble moral, el narcotráfico. Y también hay cosas de otros paises que me parecen muy valiosas y otras que encuentro vergonzosas. Y eso no me hace ni más ni menos mexicana, creo yo.
El tema del nacionalismo es algo delicado. En general todos los "ismos". El hecho de seguir determinada doctrina te hace caer en una especie de superioridad que te hace rechazar cualquier cosa que sea diferente. El nacionalismo extremo me da miedo. Te aliena. En lugar de unir, divide. Prefiero pensar en personas, sin pasaporte, sin nacionalidad. Respetarlas por el simple hecho de ser humanos. Independientemente de su creencia política, de su preferencia sexual, de su país de origen, de su religión, de su clase social.
Pero para el común de los mexicanos en el extranjero, o por lo menos para los que he tenido oportunidad de conocer, ser mexicano significa decir que México es mejor en todo, incluso en el futbol. Y escuchar mariachi, y cocinar chilaquiles, y deprimirse por "que lejos estoy del pueblo donde he nacido". Y creo que si puede significar eso, pero también muchas cosas más, porque todas esas personas que hasta bailan el jarabe tapatío, muchas veces no tienen idea de la realidad política del país, no se preocupan por el acontecer nacional, no promueven la literatura mexicana en el extranjero, y reducen el ser mexicano a una imagen de postal, parecida a un simple souvenir para turistas.
Si, cargo con mis salsas y mis chiles. Y no por eso dejo de reconocer que el cebiche peruano es infinitamente superior al mexicano. Si, lo dije, que me linchen los mexicanos de hueso colorado.

3 comentarios:

Recoha dijo...

Esa lore... un beso mexicain. Yo, me considero Latino apátrida... por razones obvias...hay quienes me dicen que no soy latino porque son de Nicaragua o de Paraguay... pro he estado o vivido en al menos 20 países latinos, lo que me da una mayor perspectiva LAtina en su holística más compleja. Por eso es que me enervan las luchas entre países hermanos y me sacan de mis casillas los tópicos y las fronteras. Creo en um mundo apátrida, ácrata, ateo/agnósitco (al menos en cuanto a las estructuras del estado y cada uno que haga lo que quiera).. pero para empezar, por que no una Federación de Repúblicas Latinas con capital en, digamos Funchal? o en cualquier sitio inesperado, jaja.
Bueno, un abrazo y mil millones de besos...
TE COMPRO JAPÓN!!!
:P

Ina Itzel dijo...

Espero no ser yo esa mexicana de la que hablas, lo bueno de ser blanquita en tierra de gachupines y no chaparrita, morenita, cuerpo de uva (como ven a todasss las mexicanas), es que puedes mezclarte y conocer, cosa que como bien dices no hacen los mexicanos que van todos los sabados a recordar a Timbiriche, no es que sea malo, es que hay tantas cosas!!! Yo soy mexicana, chihuahuense, juarense, pero al fin y al cabo ciudadana de un mundo que espero poder llegar a conocer tanto como lo haces tu!

PD: Estoy de acuerdo en la diferencia entre el ceviche peruano y el mexicano, el primero es mucho mejor y eso que lo probe aqui!

José Luis dijo...

Hola prima!
Aquí ando, paseando por tu blog.
En mi libro favorito de toda la vida, leí que la historia humana puede resumirse como el constante despertar a la conciencia de que formamos parte de un grupo más grande. Antes era la tribu, luego el pueblo, luego la región. Ahora nos organizamos en países a los que defendemos con enjundia absurda.
Antes yo solía pensar que esta tendencia seguía para adelante, y que no tardaba en llegar el tiempo en el cual, asimilaríamos que TODOS los habitantes del planeta somos una gran NACIÓN. Últimamente leo acerca de tantos despertares nacionalistas en todo el mundo, algunos muy violentos, que empiezo a temer que mi libro y yo estábamos equivocados y que esta nación, la Nación Humana, está más lejos que nunca de concretarse. Y temo que nosotros como especie, estamos "involucionando", constriñendo nuestra percepción, nuestra mente, nuestro espíritu, en vez de hacerlos crecer. Y temo que los constriñamos tanto, que un día sea un punto que desaparezca y nosotros junto con él.
¿Estaremos condenados a la autodestrucción? A veces pienso que sí. Afortunadamente, las más elijo creer, elijo soñar y elijo vivir.
Chale... cada vez que los leo a ustedes me pongo filosófico. ¿Cómo hacer trascender las palabras? Un beso y saludos a mi primo.
JL.