lunes, 19 de julio de 2010

Miedo Vs. MIEDO


Cuando era pequeña, recuerdo que por las tardes, entre caricatura y caricatura, veía las cápsulas del Tío Gamboín. No entendía muy bien y tampoco me interesaba mucho lo que decía el señor de saco rojo con muchos pines en la solapa, el cual más bien parecía organizador de viajes a Disneylandia de la primaria. Lo que realmente me gustaba ver, y lo hacía, debo confesarlo, con un poco de morbo, era la sección que aparecía solamente unos segundos después de que el viejito hablaba, y la cual se titulaba: Servicios a la Comunidad. En ella aparecían las fotografías de niños y adolescentes que se habían extraviado. La voz narraba donde se le había visto por última vez, la ropa que llevaban y al final sus señas particulares. Esto último me asustaba muchísimo y llegué a pasar largas horas pensando cual sería mi seña particular si algún día me perdiera. ¿Mis pecas en los hombros? pero ¿y si llegaba a perderme con camiseta de larga? . Me buscaba y rebuscaba cicatrices y manchas que sirvieran para distinguirme en una multitud, pero solamente logré encontrar un lunar muy grande... en uno de los dedos del pie. El miedo a perderme y a no tener una seña particular, llegó a quitarme el sueño durante varias noches de mi infancia, y las frases de la abuela como "no te salgas porque te va agarrar un viejo", "ven para acá porque aquí roban niños", no eran de mucha ayuda.

Recuerdo los miedos de mi niñez y pienso si serán los mismos miedos que tendrán los niños de México en la actualidad.

Hace poco una amiga que vive en Monterrey, tuvo que quedarse encerrada en su casa durante todo el fin de semana, acompañada de su hijo de dos años , ya que en las calles había "ajuste de cuentas" entre narcos, o entre narcos y policías, o entre narcos y militares, o entre policías y narcos y militares; alguna de esas combinaciones.

El otro día, cerca de la casa de mi suegra, lanzaron una granada afuera de un hospital.

Otra amiga vino de viaje desde Francia a su natal Chihuahua, y se encontró con la novedad de que no podía ir a comprar paletas de hielo a un pueblo cercano, ya no era seguro y tuvo que pasar sus vacaciones prácticamente dentro de su casa.

Yo me pregunto ¿cuáles serán ahora los miedos de los niños y los adolescentes en México? ¿Crecerán con miedo a salir a la calle? ¿Con miedo a ir de viaje por carretera con sus padres? ¿Con miedo a parar en un alto junto a una Hummer? Cuando vayan a una fiesta, ¿tendrán miedo de que llegue un comando armado a armar una balacera?.

Hace más de un año que no escribía en mi blog. Llámenle falta de tiempo, de ganas o simplemente no tenía nada que decir. Hoy, después de ver la noticia de 17 jóvenes asesinados en una fiesta en Torreón, creo que si tengo algo que decir. Creo que TODOS los mexicanos tenemos algo que decir respecto a la violencia, pero ¿Cómo podemos actuar? ¿Qué podemos hacer desde la sociedad civil?

A falta de una respuesta a tales cuestionamientos, lo único que se me ocurrió fue escribir...